El ejercicio para la salud

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La falta de tiempo es uno de los principales pretextos que muchos adultos argumentamos para no hacer ejercicio. También pensamos que la falta de dinero para inscribirnos en algún gimnasio o club deportivo nos detiene, y así pasan los días y los kilos de acumulan.

Para hacer ejercicio no es necesario utilizar ropa deportiva ni calzado adecuado, basta con romper algunos hábitos a que nos hemos acostumbrado.

Camina más. Utiliza menos el automóvil o el transporte público. No se trata de recorrer toda la distancia de tu trayecto diario caminando. Si usas regularmente el automóvil para tus actividades diarias estaciónalo un poco más lejos de tu destino para caminar más. De igual forma con el transporte público, baja algunas calles antes de la parada acostumbrada para caminar más, y camina a paso rápido y con energía.

Cambia el ascensor por las escaleras. Si vives o trabajas en un edificio con ascensor, considera utilizar las escaleras lo más posible y en situaciones que así te lo permitan, ya que no resulta saludable para la espalda cargar con peso excesivo como el de tu maletín de trabajo.

Deja la silla. Si tu trabajo implica pasar mucho tiempo sentado procura dejar la silla una o dos veces por hora, levanta los brazos, mueve las piernas y el cuello. Si te es posible realiza algunas de las actividades laborales de píe y caminando.

Convierte las actividades de limpieza doméstica en ejercicio. Barrer, trapear y sacudir además de mantener limpio y saludable el hogar también resultan excelentes como actividades físicas. Si tienes a alguna persona contratada para realizar las labores de limpieza del hogar, considera realizar de cuando en cuando una limpieza profunda moviendo muebles y tapetes para retirar el polvo acumulado.

Seguramente encontraras más formas de convertir tus actividades diarias en ejercicio.