El ser humano hay cosas que no puede negar ni evitar, como sus impulsos; muchos de ellos son tan fuertes que las personas terminan sucumbiendo al deseo de su cuerpo, cuando la mente y el cuerpo se unen para pedir lo mismo es muy difícil que las personas controlen y diezmen esos impulsos. El sexo es la única droga que no puede ser reproducida, las personas se drogan con el fin de experimentar algo que su cerebro por si sólo sin ayuda de químicos externos no puede crear o eso es lo que muchas personas piensan.
Sin saberlo una persona cuando tiene relaciones realiza una actividad física tan extenuante que podría llegar a matarlos, el cuerpo durante el coito esfuerzo los músculos tal como si estuviera su cuerpo levantado tres veces su propio peso, las pupilas se dilatan casi 8.5 milímetros, el ritmo cardiaco y respiratorio se aceleran, todo esto solo por el hecho de realizar un acto tan natural que puede llegar a generar vida, además de los fluidos que secreta el cuerpo; muchas personas han dicho el sexo es repulsivo si no fuera tan rico y placentero la humanidad ya se habría extinto. Pero es tan placentero que los seres humanos llegan al punto de comprar sexo, es el sucumbir a los deseos y tan extremo el punto al que llegan las personas que la prostitución no se ha podido erradicar del mundo sin importar las connotaciones morales, éticas y religiosas que tenga y por el contrario se ha podido legalizar en muchas partes la prostitución como un trabajo legítimo.